En el nombre de esta asignatura, la palabra Soft no quiere decir “software” y no se traduce por “blando”. Para esta materia, Soft quiere decir: todo aquello que recubre al Hard y le da valor. La palabra Skills, quiere decir habilidades, competencias, aptitudes e incluso actitudes. Por lo que la materia Soft Skills trata de todas aquellas habilidades y competencias que recubren las que ya tiene un ingeniero y que le dan más valor a dicho ingeniero.
Hasta ahora se le ha dado valor a un conjunto de competencias concreto: hablar en público, liderazgo o trabajo en equipo. Sin embargo, en la asignatura Soft Skills se va más allá de estas competencias. Se pretende lograr que el alumno adquiera competencias “consigo mismo” como son la motivación, la resiliencia o la autoestima. Además, también se trabajan las competencias “inversas” como son la de “saber escuchar” o “saber ser liderado”.
El aprendizaje de la materia se plantea completamente práctico. Donde los conceptos teóricos se obtienen por medio de la lectura o visualización de material especialmente seleccionado por los profesores. Las habilidades se adquieren a través de ejercicios prácticos guiados por los profesores y por profesionales de empresas que impartirán seminarios específicos. Las habilidades de que trata la materia se dividen en los siguientes bloques con las siguientes competencias por bloque:
Desarrollo personal: El desarrollo personal parte del autoconocimiento, lo que implica la definición de los valores propios que permitan guiar a uno mismo y decidir cuál es la misión personal que uno mismo tiene en la vida, sin descuidar aquellas creencias y limitaciones que permitan acotar esta misión. Como puntos clave para el desarrollo personal se trabajarán: la resiliencia (capacidad de superar adversidades), la asertividad, el ingenio y la creatividad. Todos estos puntos deben permitir al alumno estar capacitado para poder diseñar su propio modo de vida y, por supuesto, alcanzarlo.
Desarrollo profesional: En el actual mundo laboral, es fundamental definir los objetivos de la carrera profesional. Para ello, el profesional del siglo XXI debe ser capaz de adaptarse al cambio, buscar proyectos que le satisfagan, así como planificar su formación (continua) y carrera profesional. La gestión del tiempo, el control del estrés y la productividad también tienen su importancia, especialmente cuando se trabaja en entornos dinámicos con una exigencia muy alta de flexibilidad por parte de los profesionales. No sólo se trata de tener aptitudes, sino de generar actitudes positivas para ser uno mismo el protagonista que influencie la carrera profesional.
Interacción profesional: Como profesionales desarrollamos nuestra labor dentro de un entorno social con todo lo que implica las relaciones interpersonales. En este caso, la colaboración, la coordinación y la empatía permiten a la persona aceptar críticas y proponer mejoras que optimicen el trabajo en grupo y el desarrollo propio. Se trabajará todo lo relacionado con las técnicas de negociación o la mediación en negocios orientados a un resultado win-win (todos ganan). Además, se insistirá en que cada uno genere su propia red de contactos profesionales.
Gestión profesional: Además de las competencias más repetidas (liderazgo o trabajo en equipo), en la materia se trabajarán las competencias “directoras” que permiten al profesional orientar el trabajo en aquellos proyectos de los que sea responsable. Esto pasa por la capacidad de visualizar ideas, de compartirlas y de convertirlas en realidades. Todo ello implica una capacidad de definir objetivos grupales, motivar y gestionar el talento. También se trabajan las competencias para tratar los temas más espinosos como son la resolución de conflictos. Finalmente, se trabajan las competencias de toma y comunicación de las decisiones, tan importantes cuando se trabaja de competencias “directoras”.
Desarrollo social: el último bloque de la materia es el desarrollo social, consistente en la definición de una marca personal compuesta por la imagen pública que damos como profesionales y el estilo personal que se aplica en todos los ámbitos, incluido el profesional. Esta marca personal debe proporcionarnos prestigio y reputación, tanto en el entorno más cercano como en los entornos donde los desconocidos pueden conocer de nosotros como profesionales (redes sociales).